jueves, 30 de junio de 2005

Cántamela despacito

Cuenta la leyenda que Sergio Coddou (Santiago, 1973) estaba algo reticente a poner en un libro los poemas que venía atesorando desde hace más de una década, y que fueron los poetas Alejandro Zambra y Andrés Andwandter quienes animaron a Coddou para que “Lyrics” (Ediciones Rottweiler, 2005) viera definitivamente la luz. En todo caso, Coddou no aparece como las callampas después de la lluvia en el escenario literario nacional. No pocos artículos en prensa (incluida nuestra revista) y, también muy importante, su mención honrosa en la última versión de “Santiago en 100 palabras” avalan un desenlace que aparentemente se caía de maduro, y que con la materialización en “Lyrics” se confirma satisfactoriamente. Esta opera prima de Coddou no es como otros libros inaugurales, es decir, conjuntos algo antojadizos, armados arbitrariamente, con más furor que madurez. Sergio Coddou tenía estos versos en barbecho, y se nota. Una buena lección para muchos jóvenes poetas que se los comen las ansias de publicar, especialmente cuando miran al lado, y aparecen muchos precoces que ya sacaron su producto de las imprentas. A la larga, la paciencia paga.Cabe también hacer mención a Ediciones Rottweiler (Alejandro Zambra & Andrés Andwandter), que con este volumen hace su primera aparición pública. Si bien se puede pecar de un optimismo que roza la inocencia al creer que un nuevo sello de poesía perdurará y crecerá, dado el harto conocido y difícil escenario de las editoriales de poesía, es de todo mérito este primer (y ojalá no último) libro de Rottweiler, una edición bien presentada, correctamente diagramado y agradablemente diseñado, virtualmente sin erratas; todo un ejemplo para unas cuantas ediciones que se hacen más bien “al tres y al cuatro”, y cuyos productos finales dejan que desear. Habrá pocos recursos, pero eso no es excusa para hacer las cosas mal, y eso la gente de Rottweiler lo ha entendido.Volvamos a Coddou. El autor nos pone en un escenario manifiesto: el recorrido de vida, sazonado éste por la poesía y la música. Desde los años tiernos en que Coddou y compañía le sacaban sonido a “tarros de pintura, sillas secuestradas de la cocina, y guitarras de tenis”, hasta ahora, en que encontramos a un autor que ha logrado armar un conjunto armónico, con un verso recio, de un autor inteligente, que es capaz de entregar imágenes interesantes, transportarnos a la niñez, y darnos el paseo del adolescente que crece escuchando música, con el inseparable cigarrillo, y termina leyendo poesía. El conjunto es variopinto, a modo de cancionero, si se quiere, donde cada uno de los tracks tiene el particular vigor, ese vigor rockero que también pega en otros poetas de la misma generación de Coddou.Como en todo proceso de crecimiento, el autor denota la permeabilidad ante las influencias externas. Parra (salpimentado con Lihn) se nota claramente, “para que esto no termine en pelea/ hay que acudir a su eminencia,/ el papa negro que nos regaló este invierno”. Algo de Huidobro, “el río automático/ el rito neumático/ el gesto reumático/ el canto traumático (...)”. Rastros de haikú, como en el poema “Mirlo”, entre otros, que van entrelazándose a las referencias “músico-vivenciales”, generando un mosaico que retrata el coming of age de este poeta.A punta de fuerza, precisión en la mezcla “poesía-rock”, Sergio Coddou saca la voz. A este paso, de seguro la audiencia (especialmente la interna propia del poeta) le pedirá el bis.

Sergio Coddou
“Lyrics”
Ediciones Rottweiler, Santiago, 2005, 93 págs.

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