domingo, 2 de julio de 2006

Un hombre que sabe situarse


Uno de los síntomas de que la poesía joven chilena “goza de buena salud”, como se suele decir en estos días, es que las actuales generaciones de poetas están leyendo, y especialmente hacia atrás, a las generaciones chilenas previas, aquellas que han jalonado con su poesía nuestra mejor fisonomía literaria. He ahí un rasgo saludable, dialogar e interpelar a los poetas de décadas pasadas, pero siempre con algo que decir.
Ese es el caso de Claudio Gaete Briones (Valdivia, 1978) un poeta que, a sus 28 años ha arrasado con cuanto premio y beca literaria se le ha puesto por delante (botones de muestra: el Premio Iberoamericano de Poesía Neruda 100 años, y el Juegos Florales Gabriela Mistral), y cuyo libro “El cementerio de los disidentes” ha sido recientemente publicado por Ediciones del Temple.
La edición de 150 páginas nos entrega un conjunto denso y macizo, donde Gaete da cuenta de que ha tomado el testigo en la posta que empezó a correr Juan Luis Martínez con “La Poesía Chilena”, e interpela a la Mistral, y a Neruda, entre otros, no con la voz timorata, sino volviendo a poner tablas en los puentes cortados que dejaron, entre otras tormentas, la dictadura de Pinochet.
Pero también Gaete, que nos hace saber que es un buen lector, bucea en otros ámbitos, se interna en mundos tan actuales como los chat de internet, hace digresiones, como el mismo dijera, esparciendo sentencias e imágenes sólidamente dichas, como “el lenguaje, Alexander, es ausencia en estado puro”, o “las verdad es una mala hierba en el jardín de nuestros juegos”, guiños a la literatura recorrida, reflexión hacia las palabras, los muertos del cementerio de los disidentes de Valparaíso, entre otras cosas.
Más que nada, la impresión que nos deja encontrarnos con este consumado volumen, es el habernos topado felizmente con uno de los poetas más sólidos de las nuevas generaciones, un poeta que puede ofrecer una poesía densa, poblada de imágenes construidas con cuidado, mediante palabras dispuestas de forma oportuna, sin un mayor propósito que el que bien señala Gaete en un poema, que bien puede pasar como su arte poética, “(…) y para sanarme escribo:// poemas pensamientos/ metáforas, parábolas/ -según lo que me pidan.// Son muchas las voces que hablan/ pero sólo una mano la que escribe”.
Un gran comienzo de un poeta que, seguramente, continuará con la siempre ensalzable (pero no siempre conseguida) labor de entregarle al lector buenos libros de poesía.


Claudio Gaete Briones
"El cementerio de los disidentes"
Ediciones del Temple, Santiago, 2006, 150 págs.


*Publicado originalmente en El Periodista N° 108, 30 de junio de 2006

2 comentarios:

Jorge Enrique Díaz Pérez dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Die Walküre dijo...

Si lleva ese gran impulso, ha de aprovecharse instante a instante y seguir muy de cerca a una gran proyección...
Auf Wiedersehen!