domingo, 30 de julio de 2006

El (anti)poeta + grande


Ya no hay casi nada nuevo que decir de Nicanor Parra (1914) que no haya sido dicho antes. Elogiar su poesía sería repetirse. El hombre ya cumplió con creces, por lo que todo lo que Parra entregue, a sus gloriosos 92 años, es yapa. Parra es hoy, indiscutidamente, el poeta vivo más importante de la lengua castellana, un candidato eterno al Nobel, el gran renovador de la poesía chilena, latinoamericana y en lengua española. Trajo el humor y los nuevos discursos, tan bienvenidos como abrir una ventana en una pieza enrarecida; bajó a los poetas del Olimpo, aportó un coloquialismo delicioso (con ataúdes y útiles de escritorio), nos ha enseñado otra forma de leer a Shakespeare, entre algunas de sus inigualables proezas.
Por todo lo anterior, editar un libro de poemas es carrera corrida, pan comido, grito y plata. Imposible equivocarse. Así sucede con “Discursos de sobremesa” (Ediciones UDP, 2006), una reunión de discursos, que no son otra cosa que textos poéticos en clave parriana, (con la genialidad y calidad que ello conlleva) acaecidos en diversos contextos. Ya algunos de ellos habían aparecido publicados, como el Mai Mai Peñi, en la útil antología que editó el Fondo de Cultura Económica de Parra. Sin embargo, la colección es de un oportunismo excelente, pues estando en ciernes la edición de las obras completas del Antipoeta, a cargo del crítico español Ignacio Echevarría, ir preparando el terreno no está nada mal. También esta edición muestra la excelente labor que están realizando las ediciones de la UDP. De este sello editorial vino “Lear rey & mendigo” el 2004, y ahora nuevamente hace un aporte con los presentes “Discursos de sobremesa”.
Se confirma también, viendo a los editores Adán Méndez y Vicente Undurraga, que son las generaciones nuevas las encargadas del rescate de la poesía de Parra, dando testimonio que Nicanor Parra, junto con Enrique Lihn, son los principales cromosomas del ADN poético joven actual. Pero lo agradable es que esta herencia genética no se manifiesta en viles copiones y antipoetas recalentados de poca monta, como los hubo en décadas pasadas, sino que hoy nos encontramos con poetas jóvenes que trabajan y dialogan con la obra de Parra, abriéndola al lector común, labor en sí meritoria y profundamente ventajosa para acercar la poesía al lector de a pie, y en excelentes medios como este libro. Por lejos, uno de los aciertos editoriales del año.


Nicanor Parra
“Discursos de sobremesa”
Ediciones U. Diego Portales, Santiago, 2006, 290 págs.



*Publicado originalmente en El Periodista N° 110, 28 de julio de 2006

domingo, 16 de julio de 2006

La antología que no fue


El poeta iquiqueño Óscar Hahn (1938) ha estado últimamente en la palestra de la actualidad literaria nacional por la reciente obtención del Premio Casa de América de Poesía Americana, pero también está en nuestro país para presentar “Obra Poética” (Ed. Andrés Bello), una nueva antología de este poeta nacional radicado a miles de kilómetros de distancia, en la remota e idílica ciudad de Iowa City.
Ya en el año 2001, la misma editorial Andrés Bello había sacado a la luz otra antología de este poeta, quien de vez en cuando nos sorprende con un nuevo volumen de poemas. Así sucederá dentro de los próximos meses, cuando el autor de “Arte de Morir” nos ilustre con “En un abrir y cerrar de ojos”, en una edición de la prestigiosa editorial española Visor. Pero ahora nos ocupa esta nueva recopilación de poemas de Hahn. Ésta cumple de forma correcta la labor de las antologías, el darnos un paseo por la obra del autor antologado. Es lo mínimo que puede hacer una antología y esta cumple ese cometido de modo más que eficiente, con una agradable diagramación y una presentación apropiada de los textos.
Sin embargo, esta recopilación adolece de algo que la haga sobresalir por sobre las otras. Un claro signo de ello es la total ausencia de un prólogo o un prefacio de peso que permita tener un punto de vista crítico, o alguna relato anecdótico de la obra de Hahn. Ya el mercado editorial está rozando la saturación de antologías de Óscar Hahn, y no ofrecen mayores diferencias entre sí. Esta edición contiene solamente una escuálida nota preliminar, cuando la buena calidad de la edición pedía a gritos un prólogo o un estudio preliminar (y hasta un postfacio, por qué no), como el que Jorge Edwards aportó a la antología que la editorial Fondo de Cultura Económica hizo de Óscar Hahn. Hahn y sus lectores se han ganado con creces un volumen recopilatorio más completo de su obra, más allá de un conjunto de poemas, que incluya versiones completas de sus libros, o unos cuantos poemas inéditos.
Esta presente “Obra Poética” es un volumen útil, pero igualmente queda la poderosa impresión de que se desperdició una gran oportunidad de editar un gran conjunto definitivo sobre la poesía de Hahn, un volumen que pueda ser material de consulta obligada para quienes estudian (y seguramente estudiarán) la poesía de este vate erótico y tanático. Ojalá que este fallo sea subsanado en las próximas ediciones de esta antología, porque para conocer a Óscar Hahn sus poemas son fundamentales, pero no lo son todo.


Óscar Hahn
“Obra Poética”
Editorial Andrés Bello, Santiago, 2006, 275 págs.



*Publicado originalmente en El Periodista N° 109, 14 de julio de 2006

domingo, 2 de julio de 2006

Un hombre que sabe situarse


Uno de los síntomas de que la poesía joven chilena “goza de buena salud”, como se suele decir en estos días, es que las actuales generaciones de poetas están leyendo, y especialmente hacia atrás, a las generaciones chilenas previas, aquellas que han jalonado con su poesía nuestra mejor fisonomía literaria. He ahí un rasgo saludable, dialogar e interpelar a los poetas de décadas pasadas, pero siempre con algo que decir.
Ese es el caso de Claudio Gaete Briones (Valdivia, 1978) un poeta que, a sus 28 años ha arrasado con cuanto premio y beca literaria se le ha puesto por delante (botones de muestra: el Premio Iberoamericano de Poesía Neruda 100 años, y el Juegos Florales Gabriela Mistral), y cuyo libro “El cementerio de los disidentes” ha sido recientemente publicado por Ediciones del Temple.
La edición de 150 páginas nos entrega un conjunto denso y macizo, donde Gaete da cuenta de que ha tomado el testigo en la posta que empezó a correr Juan Luis Martínez con “La Poesía Chilena”, e interpela a la Mistral, y a Neruda, entre otros, no con la voz timorata, sino volviendo a poner tablas en los puentes cortados que dejaron, entre otras tormentas, la dictadura de Pinochet.
Pero también Gaete, que nos hace saber que es un buen lector, bucea en otros ámbitos, se interna en mundos tan actuales como los chat de internet, hace digresiones, como el mismo dijera, esparciendo sentencias e imágenes sólidamente dichas, como “el lenguaje, Alexander, es ausencia en estado puro”, o “las verdad es una mala hierba en el jardín de nuestros juegos”, guiños a la literatura recorrida, reflexión hacia las palabras, los muertos del cementerio de los disidentes de Valparaíso, entre otras cosas.
Más que nada, la impresión que nos deja encontrarnos con este consumado volumen, es el habernos topado felizmente con uno de los poetas más sólidos de las nuevas generaciones, un poeta que puede ofrecer una poesía densa, poblada de imágenes construidas con cuidado, mediante palabras dispuestas de forma oportuna, sin un mayor propósito que el que bien señala Gaete en un poema, que bien puede pasar como su arte poética, “(…) y para sanarme escribo:// poemas pensamientos/ metáforas, parábolas/ -según lo que me pidan.// Son muchas las voces que hablan/ pero sólo una mano la que escribe”.
Un gran comienzo de un poeta que, seguramente, continuará con la siempre ensalzable (pero no siempre conseguida) labor de entregarle al lector buenos libros de poesía.


Claudio Gaete Briones
"El cementerio de los disidentes"
Ediciones del Temple, Santiago, 2006, 150 págs.


*Publicado originalmente en El Periodista N° 108, 30 de junio de 2006