viernes, 15 de junio de 2007

Pagano total

El chileno medio (y en lo posible no tan desmemoriado) guarda ciertas imágenes cuando se le habla de Erick Pohlhammer (Santiago, 1955). Quizás la más recordada es el certero puñetazo que le propinó Django en el programa “Hablemos De…”, conducido por César Antonio Santis, y transmitido por TVN, donde el poeta, y en ese entonces popular juez de “¿Cuánto vale el Show?”, y el cantante español estaban invitados. Hay que señalar que en el momento en que Django asestó una contundente trompada que hizo que Pohlhammer quedara depositado tras un sillón, aquél se encontraba bajo las influencias del hipnotizador Tony Kamo, de gran popularidad en la televisión chilena de los noventa. Perdonará el lector las inexactitudes en la reconstrucción de este episodio, pues quien suscribe no pudo encontrar en YouTube la mentada pelotera, que se zanjó a la mañana siguiente en el set del programa de concursos de Chilevisión, con un sentido abrazo entre el vate y el intérprete de “Corazón mágico”.
Hoy ha vuelto Pohlhammer, y en el expediente del que quizás no debió haberse alejado demasiado: la poesía, actividad que le hizo un nombre con poemas como “Usted” y “Los Helicópteros” (particularmente significativo por el lamentable momento que Chile vivía a mediados de los ochenta). Las jóvenes, pero laboriosas Ediciones Bordura ofrecen “Vírgenes de Chile”, cuarto libro de este poeta, y su regreso luego de dos décadas de silencio editorial, permitiéndonos ver al mejor Pohlhammer, aquel que señaló en el algún momento que la poesía era un espacio de libertad absoluta.
“Vírgenes de Chile” es un más que un interesante y jocoso catastro de madonnas chilenas, pues lo que intenta Pohlahmmer en este libro es más que loable, el darle una vuelta de tuerca a la devoción, y ventilar con algo de frescura el recogimiento (y el dolor, por qué no) que significa pedirle favores a la Madre de Cristo. Y en esto el autor no se resta, pues en el poema “Virgen del Parque Forestal”, Pohlhammer pide la trascendencia, de forma más elocuente que en la cantidad de las livianas entrevistas publicadas del autor (donde se insiste hasta el hartazgo en que hable de fútbol y realities).
Erick Pohlhammer es otro heredero de Parra y su antipoesía. Su lenguaje lo delata. Sus temas lo delatan. Pero más importante aún, lo delatan su capacidad de tomar ese fierro caliente, y no quemarse, aportando versos y poemas pletóricos de certeras imágenes cotidianas, pero construidas con un lenguaje habitual, hábilmente adornado, que les otorga mayor durabilidad. Bien por esta vuelta de Pohlhammer (no tanto así por sus entrevistas, sin ton ni son la mayoría de ellas), es la vuelta de un poeta más que un personaje; de un artista, más que de un payaso.



Erick Pohlhammer
“Vírgenes de Chile”
Ediciones Bordura, Santiago, 2007, 57 págs.



*Publicado originalmente en El Periodista N° 130, 15 de junio de 2007

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