viernes, 12 de junio de 2009

Una maraña de seres parlantes

Verónica Zondek (1953) es, estimado lector, una de las poetas más importantes que existe en esta parte del mundo que llamamos Chile. Su labor poética, su desempeño como traductora, editora y también como gestora cultural, han sido consistentes y permanentes, y le han granjeado a la autora respeto y renombre. Pueden dar cuenta de ello las poetas Soledad Fariña y María Teresa Adriasola (conocida también como Elvira Hernández), por décadas compañeras de ruta y trabajo de la laboriosa Zondek, quien ha fijado su residencia en la idílica capital de la Región de los Ríos, Valdivia.

Hoy, el último testimonio de ese empeño poético es “Por gracia de hombre” (2008), publicado por LOM, sello en el que la autora es miembro del comité editorial. Fuerte poesía, querido lector, pero no en tanto a la agresión, sino en cuanto a la reciedumbre, al coraje. Verónica Zondek se plantea y se para frente a las voces poéticas chilenas más pintadas, el horror del holocausto, o la sociedad indiferente, e impone su discurso firme y elocuente, impone su tarea infatigable de metaforizar y construir la imaginería de una actualidad y una historia, impone el cruce irrenunciable con su origen hebreo, esa zozobra constante, esa urgencia desde donde la autora escribe. Botón de muestra, el poema “Fuego”: “¿Cómo tragar el dolor entre llamas azules/ en la infernal hoguera de las Inquisiciones/ o en la quema de libros con Torquemada/ o en aquella última,/ Anguita,/ cuando incendiaron libros para sofocar revoluciones?/ Y ¿qué de ese otro fuego tan perfecto/ ese, el amarillo de Auschwitz,/ rasgando carnes tan añejas y tan tiernas/ o esas otras llamas/ esas, las del Infierno católico ahora abolido?”. El libro cuenta también con reproducciones de trabajos del artista Guillermo Núñez, Premio Nacional de Artes 2007, ejercicio que la autora ya realizó, pues en el libro “Entre lagartas” figuran ilustraciones de Gabriela Villegas.

Verónica Zondek es una digna representante de ese grupo de mujeres que escribieron poesía durante los 80 en Chile (labor heroica era hacer cualquier tipo de arte en esa negra década), ese grupo de mujeres que destila una dignidad que pareciera casi extinta en la literatura actual, y que con la herramienta poderosa de un lenguaje desmembrado y trastocado, desenmascaran territorios cruzados por literatura, memoria, y poesía. En este sentido, el poema “Camélido” actúa como una mini biografía, una bitácora, un recorrido y sus vicisitudes, “Pesa el peso de la letra/ y pesa la lana del cobijo/ y pesa la búsqueda del puerto/ y lo hallado en la neblina. (…) Pesa y re-pesa el cansancio/ y la búsqueda eterna del deseo. (…) Pesa la nostalgia de la cueva segura/ y el sueño de mi pecho antiguo. (…) pesa el derrame/ y los hijos/ y el presente/ y el mañana./ Pesa/ pesa la solución de hoy/ y pesa ‘la solución final’/ y pesa el arte de soñar con fugas./ Pesa/ pesa todo.”

Lo auténtico, estimado lector, lo auténtico campea en la poesía de Verónica Zondek y en este libro. Circula también la valentía de mirarse de forma constante en el espejo que es la vida, con sus roturas, trizaduras, y negruras, porque es desde ese ejercicio que Verónica Zondek escribe, sin dejarse nada atrás.


Verónica Zondek
“Por gracia de hombre”
LOM, Santiago, 2008, 79 págs.


*Publicado originalmente en 60 Watts N°3, junio de 2009


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