viernes, 4 de marzo de 2011

Saldando la deuda

El año 2009 se publicó La deuda, la última novela de Rafael Gumucio (Santiago, 1970). En estas páginas dijimos que tras aquella descaminada novela, lo que Gumucio le quedó debiendo al lector eran unas buenas crónicas literarias. Y a vuelta de calendario aparece La situación. Crónicas literarias (Ediciones UDP, 2010), un compendio de heterogéneos artículos del autor de Invierno en la torre, publicados en los más empingorotados medios de prensa de habla castellana, artículos que le han hecho un nombre a Gumucio en el universo de la opinología literaria. No nos vamos a pasar para la punta y decir que el autor escribió esto a instancias del comentario publicado en este medio, en todo caso.
La revisión del prólogo y de las primeras páginas de La situación, nos dan cuenta de que Rafael Gumucio vuelve a su elemento, vuelve a campear por las llanuras en las que es amo y señor, imagen muy superior a la que exhibió últimamente en campo novelesco, donde su empresa, contrahecha, no acabó de cuajar. En las antípodas del apocado Bernardo O’Higgins que Gumucio encarnó en un recordado sketch del recordado programa Plan Z, hoy el Gumucio cronista cabalga con la pachorra propia del jinete que domina su pingo, y le sabe dar la cantidad justa de rienda para que obedezca todos sus dictados. Esto porque en La situación el despliegue de la crónica cuenta con los ingredientes en la proporción justa para que sea exitosa, esto es arbitrariedad para crear frases contundentes, el conocimiento del tema tratado, para hacer esas arbitrariedades dignas de ser discutibles o de suscitar la reflexión, y el estilo, esencial para que estos postulados sean expuestos con la gracia y el oficio suficientes para contar con valor literario. Así, tal como el autor lo expresa en el prólogo, se encuentra el lector con “una comodidad, una alegría, una coherencia secreta que no esperaba encontrar”.
Gumucio conjuga propiciamente estas cualidades en su libro, tal como antes lo hizo en Páginas coloniales y Monstruos cardinales, demostrando que cuando habla de lo nacional (en este caso de nuestra literatura y nuestros lectores) en clave ficción suena como un saxofonista lerdo que no sabe muy bien cómo o cuándo llevarse el instrumento a la boca, mientras que cuando lo hace desde la no ficción es Charlie Parker, poniéndose a la altura de Juan Forn, Álvaro Bisama o Christopher Domínguez Michael, aún cuando la escritura de Gumucio no se parece a la de Forn, ni a la de Bisama, ni menos a la de Domínguez Michael.
Retomando lo dicho en el momento de abordar La deuda, Rafael Gumucio hace bastante bien al allegarse nuevamente a la crónica literaria, dijimos que es el lugar del que nunca debió haberse alejado, y La situación lo corrobora, muy felizmente.


Rafael Gumucio
“La situación. Crónicas literarias”
Ediciones UDP, Santiago, 2010, 165 págs.

*Publicado originalmente en El Periodista N° 202, 4 de marzo de 2011

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