Quizás por el punto
más alto de la carrera poética de Armando Roa Vial (Santiago, 1966) es el
trabajo que ha realizado, es el aporte que ha hecho especialmente en lo que se
refiere a estudiar, revisar y revitalizar la difusión de la literatura en
lengua inglesa, a través del ensayo y la traducción de autores como Ezra Pound,
Robert Browning y obras como Beowulf.
Ese es uno de los múltiples campos en los que Roa se ha movido con pericia,
pero también, desde luego, ha dejado tiempo para su propio obra creativa.
La última entrega de Roa es Shakeperean blues (Uqbar, 2012), que
destaca de entrada por algo rarísimo en la industria editorial chilena: una
contraportada honesta y explicativa, sin recovecos ni frases vacías respecto de
lo que el autor pretende. Mérito de Uqbar, por cierto.
En cuanto a los poemas de este
volumen, estos revelan la continuidad de una operación poética conocida de su
autor: hacer un ensamble de sus autores de cabecera, su propio discurso y un
tercer elemento, en este caso, lo musical; aunque en esta pasada, el apellido
“blues” no da precisamente una impresión de novedad.
Los poemas de Shakesperean blues orbitan universos elementales: el amor, la
muerte (todos los poemas de la la primera parte del libro, por ejemplo,
contienen la palabra “amor”). Roa no se aleja de los tópicos, porque su poesía
no tiene esa intención. Tampoco de usar la obra de otros para servir el
proyecto poético propio, intentando una combinatoria grande, total. Con todo,
no es posible señalar que estos poemas sean de un alto vuelo. La voz solemne
rigidiza este libro, lo hace poco plástico, aún cuando se use al blues para
titularlo. Si algo tienen del blues estos poemas es la repetición, antes que
una honda melancolía, sin contar que hay cierto exceso culterano en estos
poemas.
De todas formas Roa conserva un
asombro por nombrar. Esperemos que ese espíritu se mantenga vivo para su
próximo libro.
Armando
Roa Vial
“Shakesperean
blues”
Ed. Uqbar, Santiago,
2012, 131 págs.
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