A
menos de dos meses del Mundial de Brasil es natural y esperable que el ambiente
se tapice con todo tipo de materiales relacionados con la selección chilena que
participará en la justa futbolera. En ese orden de cosas encaja Alexis. El camino de un crack, libro que trata sobre una de las
principales figuras del balompié nuestro, ídolo de las multitudes, ejemplo de
valor. El volumen, obra del experimentado periodista deportivo Danilo Díaz y
del más joven Nicolás Olea, consta de una serie de episodios de la vida del
tocopillano, postales –como las llaman los autores- que aspiran a construir un
paisaje mayor, un mosaico que exprese, con la mayor elocuencia posible, que
Alexis Sánchez está cada vez más cerca de convertirse en el mejor futbolista
chileno de todos los tiempos.
El libro –ya en su tercera edición- repasa
la biografía de Sánchez, desde sus inicios esforzados y en los cuales ya daba
luces de su talento, hasta el momento en el que el “Dilla” se transforma en
jugador del Barcelona. Esta tercera edición incluye un par de agregados que se
refieren al momento actual, con Alexis como uno de los estandartes de la Roja
que participará en Brasil 2014. A poco andar se puede discurrir que el aumento
de la edición debió incluir una actualización del prólogo del volumen. Si bien
el añadido final pone el calendario al día, igual se queda corto, sobre todo en
aquello de situar a Sánchez como el mejor, sin mencionar a otro que descolló tanto
o más: Arturo Vidal. Ya volveremos a esto. La narración está construida con una
retórica cargada a la afectación y a los párrafos de una sola frase, marcas de
estilo del reportero de cancha que ya son bastante conocidas y que regala
empalagosas estampas: “La brisa coquimbana nos recuerda que en las mañanas
porteñas la primavera debe pedir permiso para hacerse sentir pasado el
mediodía”, “El repicar de los estoperoles sonaba nítido en los pasillos”, “el lounge, un sector pleno de vino y quesos
perfumados”. De todas formas, el libro cumple bien el recuento de cómo le ha
cambiado la vida a Alexis Sánchez, desde que era objeto de burlas por su forma
de hablar (“Alersi”) a gozar de un estatus de símbolo sexual a partir de sus
trabajados pectorales.
Tal vez el sobregiro más afiebrado del
libro se produce cuando los autores hacen un parangón harto forzado entre las
vidas de Alexis Sánchez y Arturo Vidal y las de los monitos japoneses Oliver
Atom y Steve Hyuga, los Supercampeones.
Acá los periodistas caen en cierto maniqueísmo innecesario que vale la pena
analizar, sobre todo porque la narración aspira a situar a Sánchez como el
mejor de todos, pero oblitera el éxito exponencial al que últimamente se ha habituado
Vidal en la Juventus y en la Roja. Sánchez es Oliver y Vidal es Hyuga. Sánchez,
por tanto, es el niño bien portado y Vidal es el malo de la película, el ángel
caído que siempre estará a la sombra del elegido de los dioses. El Rey Arturo
paga acá muy caro sus patinazos del pasado, aún cuando su rendimiento en un
período del cual el libro no se hace cargo, refleja un progreso superlativo,
tal vez por sobre el protagonista de este libro.
Alexis.
El camino de un crack nos pinta un Sánchez generoso, empeñoso como él solo,
que sale adelante a pesar del infortunio; un Alexis que saldó cuentas con su
padre biológico de quien no lleva su apellido, un Alexis que es la alegría del
hogar y del camarín, cuyo genio fue descubierto por Pedro, Juan y Diego; que se
pica cuando pierde en el Play Station, que será –según Díaz y Olea- el mejor de
todos y nada podrá evitarlo.
Danilo
Díaz, Nicolás Olea
Alexis. El camino de un crack
Ediciones
B, Santiago, 2014, 184 págs.
*Reseña publicada: http://bit.ly/AlexisLUN
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