La
leyenda del escritor estadounidense Jerome David Salinger en la literatura moderna
es grande como una casa y vieja como un cerro. Y aún, esa interrumpida carrera
literaria que prometía como ninguna, tras un la creación de un clásico como es El guardián entre el centeno, fascina a
millones de personas en todo el mundo. Salinger se hizo famoso precisamente por
hacerle el quite a la fama y esa gambeta a la celebridad ha levantado la fábula
de un narrador esencial del siglo XX. Con tan sugestivo prolegómeno, el
gruesísimo libro Salinger, obra de David
Shields y Shane Salerno, viene como anillo al dedo a los hechizados por este autor.
Técnicamente,
este voluminoso libro de más de 700 páginas no es una biografía, aunque cuenta
muchísimo de la vida de Salinger, sino que es un contundente compilado de
fotografías y más de 150 entrevistas a diversos personajes, que funciona como
el “libro oficial” del documental Salinger,
dirigido por el propio Shane Salerno (guionista de gemas cinéfilas como Armageddon y Alien v/s Depredador), y que se estrenó el año pasado en EE.UU. Por
eso se incluyen intervenciones de actores como Jake Gyllenhaal, Edward Norton y
John Cusack, no precisamente dechados en análisis literario.
Además
de volver a contar los episodios ya sabidos que se relacionan con Salinger,
como el que El guardián entre el centeno
se transformó en el libro de bolsillo de zafados y asesinos como Mark David
Chapman, el volumen revela aspectos ignorados de la vida del escritor, como su
amor imposible por Oona O’Neill, una de las mujeres de Chaplin, su devoción por
el budismo zen y las alumnas mechonas, y también su participación en la Segunda
Guerra Mundial.
Un
gancho irresistible que esta entrega -muy alejada de la academia- le regala a los
fans de Salinger, es que el escritor se mantuvo trabajando en su impenetrable retiro,
y que el futuro traería no uno sino varios libros póstumos, incluso una novela.
Promesas aparte, Salinger entretiene,
aún cuando pareciera ser el guión o el storyboard
del documental hollywoodense homónimo. Tal vez por eso el libro atrae desde el
arranque, que describe el desembarco en Normandía sin escatimar dramatismo ni
detalle, día en el que Salinger hizo, literalmente, sus primeras armas a los 25
años. El relato bélico ocupa bastante más que, por ejemplo, la niñez acomodada
del escritor, pero todo pareciera justificarse por el hecho de que, según
postulan los autores, las atrocidades que J.D. Salinger conoció en la guerra
(tanto combates como campos de concentración como Dachau) perturbaron su
psique, al punto que en más de un momento se insinúa que El guardián entre el centeno sería una novela de guerra.
La
otra fuente del desasosiego mental del narrador serían las mujeres. El libro
describe los romances de Salinger, que de sexual tienen menos que de obsesivos.
Los autores le cargan harto la mano a Oona O’Neill, dejándola casi como una femme fatale que habría estrujado para
siempre el corazón del sensible autor.
Aún
cuando los autores trabajaron más de una década en Salinger, el libro infla con un compresor el mito ya harto grande
sobre la vida de J.D. Salinger, con más 700 páginas que emperifollan una
biografía y son un epifenómeno de una carrera literaria. 700 páginas que no
resuelven ningún acertijo vital, sino que se dedican a agrandarlo con una
avalancha de cahuines por confirmar. Un libro no del todo inútil, atrapante en
más de una ocasión, pero que es, finalmente, el libro de una película, no de un
escritor.
David Shields y
Shane Salerno
Salinger
Seix Barral, Buenos
Aires, 2014, 736 págs.
*Reseña publicada: http://bit.ly/SalingerLUN
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