viernes, 9 de mayo de 2014

El héroe de la película



La leyenda del escritor estadounidense Jerome David Salinger en la literatura moderna es grande como una casa y vieja como un cerro. Y aún, esa interrumpida carrera literaria que prometía como ninguna, tras un la creación de un clásico como es El guardián entre el centeno, fascina a millones de personas en todo el mundo. Salinger se hizo famoso precisamente por hacerle el quite a la fama y esa gambeta a la celebridad ha levantado la fábula de un narrador esencial del siglo XX. Con tan sugestivo prolegómeno, el gruesísimo libro Salinger, obra de David Shields y Shane Salerno, viene como anillo al dedo a los hechizados por este autor.
Técnicamente, este voluminoso libro de más de 700 páginas no es una biografía, aunque cuenta muchísimo de la vida de Salinger, sino que es un contundente compilado de fotografías y más de 150 entrevistas a diversos personajes, que funciona como el “libro oficial” del documental Salinger, dirigido por el propio Shane Salerno (guionista de gemas cinéfilas como Armageddon y Alien v/s Depredador), y que se estrenó el año pasado en EE.UU. Por eso se incluyen intervenciones de actores como Jake Gyllenhaal, Edward Norton y John Cusack, no precisamente dechados en análisis literario.
Además de volver a contar los episodios ya sabidos que se relacionan con Salinger, como el que El guardián entre el centeno se transformó en el libro de bolsillo de zafados y asesinos como Mark David Chapman, el volumen revela aspectos ignorados de la vida del escritor, como su amor imposible por Oona O’Neill, una de las mujeres de Chaplin, su devoción por el budismo zen y las alumnas mechonas, y también su participación en la Segunda Guerra Mundial.
Un gancho irresistible que esta entrega -muy alejada de la academia- le regala a los fans de Salinger, es que el escritor se mantuvo trabajando en su impenetrable retiro, y que el futuro traería no uno sino varios libros póstumos, incluso una novela. Promesas aparte, Salinger entretiene, aún cuando pareciera ser el guión o el storyboard del documental hollywoodense homónimo. Tal vez por eso el libro atrae desde el arranque, que describe el desembarco en Normandía sin escatimar dramatismo ni detalle, día en el que Salinger hizo, literalmente, sus primeras armas a los 25 años. El relato bélico ocupa bastante más que, por ejemplo, la niñez acomodada del escritor, pero todo pareciera justificarse por el hecho de que, según postulan los autores, las atrocidades que J.D. Salinger conoció en la guerra (tanto combates como campos de concentración como Dachau) perturbaron su psique, al punto que en más de un momento se insinúa que El guardián entre el centeno sería una novela de guerra.
La otra fuente del desasosiego mental del narrador serían las mujeres. El libro describe los romances de Salinger, que de sexual tienen menos que de obsesivos. Los autores le cargan harto la mano a Oona O’Neill, dejándola casi como una femme fatale que habría estrujado para siempre el corazón del sensible autor.
Aún cuando los autores trabajaron más de una década en Salinger, el libro infla con un compresor el mito ya harto grande sobre la vida de J.D. Salinger, con más 700 páginas que emperifollan una biografía y son un epifenómeno de una carrera literaria. 700 páginas que no resuelven ningún acertijo vital, sino que se dedican a agrandarlo con una avalancha de cahuines por confirmar. Un libro no del todo inútil, atrapante en más de una ocasión, pero que es, finalmente, el libro de una película, no de un escritor.


David Shields y Shane Salerno
Salinger
Seix Barral, Buenos Aires, 2014, 736 págs. 

*Reseña publicada: http://bit.ly/SalingerLUN

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