viernes, 22 de agosto de 2014

Cuide esa boquita



“Si entendemos que el idioma es un cuerpo vivo en constante evolución, al parecer es por la venas abiertas de las malas palabras por donde muta más rápidamente”, así lo asegura el periodista Tito Matamala en su libro Chile garabato. Una historia contemporánea de las malas palabras, un repaso liviano y humorístico por las groserías más utilizadas en nuestro país, sin seguir un orden específico. La revisión de palabrotas que emprende Matamala se hace con una prosa colorida, cargada a la sorna y con palabras altisonantes y cantarinas. Con este tono el libro repasa, por ejemplo, una época en la que el uso de insolencias en prensa era moneda corriente: la antesala a la ascensión de la Unidad Popular al poder. Matamala ilustra cómo la prensa “de cloaca”, como la califica el autor, no tenía empacho no sólo en maldecir en portada, sino en hacer referencias sexuales o incluso sacarle la madre al del bando opuesto. Todo esta manga ancha idiomática se habría acabado –como todo entonces- con el golpe de Estado de 1973. En este sentido, el autor incluso aventura que las insolentes pullas de los diarios de derecha habrían fermentado el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende.
Poco después de arrancar la lectura es posible detectar la primera falla: el propio autor. Al contrario de otros cronistas de la plaza, pareciera que Tito Matamala no soporta ser menos interesante que su objeto de estudio. Listillo y fanfarrón como él solo, el autor intercala en medio de los contenidos del libro, bocadillos y digresiones que no vienen a cuento y que huelen a relleno, a saber “(En mi lista de tareas antes de estirar las patas, siempre considero aprender latín como prioridad, pese a lo inútil del deseo. Y aprender el secreto de la masa de las empanadas fritas. Espero tener una vida larga para ello)”, “Le habría tirado los cortes si la hubiese conocido (a la cantante brasileña Xuxa)”. Por momentos, las reflexiones de poca monta devienen en insulto gratuito: “Hay una oscura relación entre estas palabras legítimas de la lengua castellana, las antiguas y las incorporadas en la época en que los españoles se estaban robando un continente nuevo (y ya ve que de poco le sirvió a esos pelotudos, ahora declarados en quiebra)”.
Un probable móvil de este libro sería el revalorizar las malas palabras, aquéllas consideradas como parte de un lenguaje no apto para toda ocasión. Ése es el pretexto del ejercicio que Matamala despliega: explicar cada blasfemia hasta el tuétano y apreciarla desde el origen. Aunque el autor cumple en buena medida, sus querellas son poco claras, “el poto, el culo, no son las únicas palabras desprestigiadas por una sociedad hipócrita”. Vaya a saber uno a qué hipocresía se apunta, y qué tiene que ver con usar determinadas palabras en tiempos y el lugares diversos.
Cuando el autor no se empecina en hacerle perder tiempo al prójimo con salidas de libreto y autorreferencias fomes, Chile garabato alcanza momentos pasables. Tal vez el mayor es cuando Matamala analiza el coa y aporta un glosario de términos llamativos y cargados de significado. Pero luego pierde el rumbo y se enfrasca en un flojo análisis televisivo cuya figura central es la vedette Maripepa Nieto y su novio, el CNI Álvaro Corbalán Castilla.
Hacia el final, el autor postula que decir garabatos es la manifestación de la lucha por la libertad de expresión, desde luego aquella pisoteada la dictadura, mas no termina de cuajar una tesis convincente. Es cierto, no es un libro que se intente ser seriote, pero corre mucho riesgo de caer en la huevada.


Tito Matamala
Chile garabato. Una historia contemporánea de las malas palabras
Aguilar, Santiago, 2014, 205 págs.

*Reseña publicada: http://bit.ly/Chilegarabato

0 comentarios: