lunes, 7 de abril de 2014

NW



El noroeste de Londres (Northwest, NW). Un puñado de personajes que crecieron en ese sector, menos aventajado, de la capital inglesa. Un puñado de personajes que habitan Caldwell, un complejo de viviendas sociales, compuesto por cinco blocks que llevan nombres de filósofos ingleses. La vida de estos personajes que viven en un vecindario pobre con nombres filosóficos es lo que narra NW, la última novela de Zadie Smith.

Hay quien dice que las novelas de Smith comprenden sorprendentes dimensiones filosóficas al mismo tiempo que se hacen cargo de cuestiones del entorno, sociales, políticas. Acá pasa lo mismo, pero con un lenguaje más trabajado, estirado. Smith no se aleja mucho de sus raíces, pero no se queda pegada en fórmulas ganadoras.

Leah Hanwell abre el libro. Leah es un personaje cuyos pensamientos y descripciones llenan la primera parte. Ella es una mujer blanca, en sus treinta, que ama a Michel, su marido peluquero, y a su perro. Su origen irlandés y su presente inglés chocan. Trabaja en una oficina donde sus compañeros la joroban por ser la única que no tiene hijos, y se repite como un sonsonete el mantra del empoderamiento, aún cuando quienes ahí laboran no tienen mucho mas﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽an no tienen mucho mñ´un sonsonete el mantra del empoderamiento, aa parte dle ás que rascarse con sus propias uñas. Leah odia a su amiga Natalie Blake, una abogada que se casó bien, y a quien las cosas le van, en general, mucho mejor que al resto de viejos vecinos del complejo Caldwell. A Leah tambien ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽bia a quien las cosas le van mucho mejor que al resto de sus vecinos.én le complica el paso del tiempo. Los demás progresan, mientras ella se ha quedado pegada en una tardía adolescencia, donde todo es promesas y potencia. Lo bueno está por llegar, pero nunca lo hace.

Después de Leah, la acción se enfoca en Felix Cooper. Zadie Smith baja un cambio, tal vez dos, y la narración se aquieta. No se paraliza, fluye con calma con los pensamientos que se percutan a partir de la observación que hace Felix de una fotografía de infancia. El día de Félix –un drogadicto rehabilitado- es relajado, se levanta junto a su novia, vuelve al barrio a visitar a su padre. Luego se traslada al centro, a ver un auto deportivo y luego tiene una recaída con una pareja del pasado.

Aparece Keisha, la mejor amiga de Leah. Keisha –de raza negra- ahora se llama Natalie, se cambió el nombre antes de convertirse en abogada, y ello es también caldo de cultivo para el resentimiento de Leah. Acá la narración da otro giro, se compone de 185 fragmentos numerados, que cuentan en una más lejana tercera persona, desde el momento en que, cuando niña, Keisha salvó a Leah de morir ahogada, la tirante amistad entre una niña blanca y otra negra, la vida escolar, universitaria y el matrimonio. Todo esto teñido de la rigidez religiosa de la familia de Keisha, y luego por el tortuoso camino que debe recorrer para progresar en su profesión. Keisha trabaja con gente que no la quiere. Luego llega la maternidad, que no es valorada por la trascendencia que, en el papel, provee el engendrar y criar hijos, sino que por el trabajo que dan. Keisha sabe trabajar y mantenerse ocupada llena sus expectativas. Pero las trizaduras de una vida algo hueca empiezan a notarse. Keisha encuentra en un chat algo de lo que la rutina diaria no le provee, una novedad que la aleja de su matrimonio, hasta que eventualmente este se quiebra.´﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ la familia de Keisha, y luego por el tortuoso camino que debe recorrer para progresar en su profesi

Zadie Smith ha creado una novela que, compleja y ambiciosa, abre todo tipo de posibilidades. Cada una de las secciones puede guardar otras historias que trabajar. Todo está más abierto, y va –puede ir- mucho más allá de ser meramente el seguimiento vital de dos amigas de infancia. Puede ser mucho decir, pero la complejidad de la estructura y situar la historia en un conjunto vecinal y tender puentes entre ambos estamentos, la acercan más al Perec de La vida instrucciones de uso, puesto que acá también se da un conjunto de existencias compartimentadas en casas habitación. Hay quien dice también que NW le debe a Virginia Woolf y su Mrs. Dalloway, por la forma en cómo se tratan los personajes femeninos y su “perdición” en vidas matrimoniales algo desabridas a la luz de la vida moderna. También puede ser, pero no es desacertado decir que este libro es mérito de Zadie Smith y su habilidad y técnica para organizar la experiencia, o acercar los pedazos de vida diaria de un puñado de personas cuyo heroísmo sucio, o antiheroísmo, es superar cada día de la vida misma.
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Zadie Smith

NW London

Salamandra, Barcelona, 2013, 377 págs.

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