domingo, 18 de noviembre de 2007

El imberbe que contempla

El cubano José Kozer (La Habana, 1940) es, hoy por hoy, uno de los vates más relevantes de la literatura en lengua castellana. Su poesía se ha alimentado de diversas fuentes, que pareciera que en el papel estallan en una sonora y rítmica batalla, que da como resultado una voz particular y llamativa en la poesía latinoamericana.
Descendiente de padres judíos centroeuropeos, Kozer emigró de Cuba a los 20 años a Estados Unidos, para no volver jamás, salvo esporádicos periplos que no son en ningún caso el regreso al terruño natal, destino que comparten no pocos artistas, que su labor creadora y el régimen de Fidel Castro se parecen a una gran botella llena de agua y aceite, dos fases que no pueden mezclarse.
Con estos antecedentes en la mano, con la milenaria diáspora que ha signado la historia del pueblo judío, y la moderna diáspora política que ha sacado de Cuba al autor, nos encontramos con “De donde oscilan los seres en sus proporciones” (Ediciones del Temple, 2007), un testimonio de que la patria del poeta son sus versos, y en ellos la palabra celebra un mundo propio, forjado a partir de aquellos que se perdieron en la realidad.
Siendo más concretos, nos encontramos con una poesía facunda, verbal, construida de palabras que construyen el carácter de este libro, que es una celebración de una época que existe en el universo poético del autor y su obra. Si buscamos a algún referente chileno para aproximar a Kozer a estas latitudes, existen en estos poemas aires de Efraín Barquero (también exiliado por décadas), del Barquero de “La mesa de la tierra”, pero que en Kozer se galvanizan con un denso barroquismo, una exuberancia castellana que supera con creces el simple hecho de acercarse al pasado, o de recurrir a las materias básicas, sobre las cuales se erige un discurso denso, pero articulado como muy pocos hoy en la poesía en español.
Volviendo atrás, la celebración de la experiencia vital, la construcción artesanal de una epifanía personal, abundante y de imaginería profunda, es el tono de este volumen, en una edición de notable calidad hecha por Ediciones del Temple, que con su colección Amarcord, ha dado un muy buen salto adelante en lo que se refiere a la calidad de los libros (como objeto) publicados por el sello.
No en vano, el autor ha publicado más de 40 libros de poesía, en variados rincones de Iberoamérica. No en vano, pues es posible aventurarse y decir que esta cascada de palabras (que seguramente no será la última) nace de una vertiente que no se resuelve. Por el bien de la poesía, ojalá no se zanje esa fuente de imágenes sustanciosas y complejas, que no se acabe la celebración de la poesía de José Kozer.


José Kozer
“De donde oscilan los seres en sus proporciones”
Ediciones del Temple, Santiago, 2007, 78 págs.



*Publicado originalmente en El Periodista N° 141, 16 de noviembre de 2007

viernes, 2 de noviembre de 2007

En el nombre del padre

Si “La Batalla de Chile” puede ser catalogado como “el” documental del Golpe de Estado, o “Machuca” ser considerada como “la” película del exterminio de la democracia, asimismo “Milico”, (LOM, 2007) la última entrega del Premio Nacional de Literatura 2006 José Miguel Varas, también puede entrar en el selecto grupo de testimonios culturales icónicos de la época más oscura que Chile ha vivido en su historia republicana.
Esto porque, tal como en el documental y la película antedichos, con “Milico” surge una nueva mirada, que complementa y enriquece nuestra comprensión del suceso que dividió a Chile hasta nuestros días. En esta contundente novela se reproducen los mejores rasgos del ex cronista de TVN, rasgos que unen indisolublemente al periodista y al escritor (que “usan las mismas neuronas”, como el propio Varas dijo por ahí), unidos en la proporción justa, para que el relato no sea seco como un reporte, ni excesivamente fantasioso, como una ficción pura. Varas, como no puede ser de otra forma, vierte su vida a las páginas, dando un testimonio vivo del devenir de la clase media y política de buena parte del siglo XX.
En esta novela, el autor cuenta la historia de Jaime (Varas), periodista bohemio y “bolchevique”, hijo del Coronel Román (Varas padre), a cuya muerte y funerales, asistimos en este libro, y con quien el protagonista tuvo una relación tirante y distante. En el racconto de la vida de Jaime y su padre, Varas entonces hace su juego, reconstruye la vida del Chile de los años cincuenta en adelante, haciendo siempre guiños a la literatura de la que ha aprendido (como lo es el recuerdo de Manuel Rojas, como cajero del Hipódromo Chile, uno de las decenas de oficios que desempeñó el autor de “Hijo de ladrón”, que fue obrero, linotipista tipógrafo, entre otros).
La escritura y la presentación de los personajes de “Milico” (libro en el que Varas ha trabajado durante años) dejan en evidencia también el innegable peso que el escritor argentino Manuel Puig tiene en el autor. Varas ha aprendido la lección de Puig, y reproduce la mirada intimista y sincera de “Boquitas Pintadas” o “La traición de Rita Hayworth”, pero a la chilena. Así, el autor de “El correo de Bagdad” pinta con precisión estilográfica los personajes vivos y densos que marcaron la vida de Jaime Román, y a su padre, al tiempo en que el país cae en la zozobra más negra, y de la que, por supuesto, hay que informar a toda costa.
La similitud con Puig (entre otros atributos) otorga a esta novela del cuñado de René Largo Farías una característica fundamental, la inteligencia en el recuento, y la imparcial justeza en la mirada de un período de nuestra historia. “Milico” era, al parecer, una deuda pendiente de José Miguel Varas, quizás una forma de hacer las paces, no solamente con su padre, sino con un país entero que se transfiguró, y sobre cuyo sufrimiento, Varas basó su trabajo periodístico más sobresaliente.
Esta novela es importante, útil, buena, entretenida, quizás fundamental… elíjase el calificativo que se elija, sí es un aporte para tratar de entender ese suceso de nuestra historia que hoy nos tiene, todavía, sin entender mucho de lo que somos. Como un tenista que confirma con su saque un quiebre de servicio, José Miguel Varas confirma por qué es el reinante Premio Nacional de Literatura.



José Miguel Varas
“Milico”
LOM, 2007, Santiago, 366 págs.






*Publicado originalmente en El Periodista N° 140, 2 de noviembre de 2007