viernes, 26 de marzo de 2010

Qué se ama cuando se reedita

Aunque no tenemos ni el ocio ni el tiempo suficientes, podríamos señalar sin equivocarnos que los literatos chilenos más antologados en la historia del universo se llaman Óscar Hahn y Gonzalo Rojas (Lebu, 1917). La obra de ambos ha sido reunida, reimpresa y vuelta a imprimir principalmente por dos sellos, la Editorial Andrés Bello (quien en tres años publicó dos gruesas y muy parecidas antologías de Óscar Hahn), y el Fondo de Cultura Económica (En el caso de Hahn LOM también ha sacado libritos recopilatorios del poeta residente en Iowa, de todos tamaños y colores). En los últimos años, sólo en Chile ambas casas editoras, como si se tratara de las Páginas Amarillas, se han encargado de abrir la represa e inundar librerías y bibliotecas con conjuntos de estos poetas.
Así las cosas, la Feria del Libro de Santiago 2009 nos trajo, una vez más, antologías de Óscar Hahn y Gonzalo Rojas. Entiéndase bien, ambos son de nuestros mejores poetas. Si Nicanor Parra llegara a morir –ni Dios lo permita-, el bastón de poeta vivo y capital de la lengua castellana pasará a manos de Rojas. Hahn, entendemos, está un poco más atrás en la fila, pero su turno llegará igual.
¿Por qué se desafía al lector con estas curiosas estrategias de Greatest hits? ¿Por qué se desfila por la cornisa de la repetición editorial? Hahn no alcanza a sacar un libro nuevo, cuando ya le están armando otra antología. En fin. En el caso de Rojas, intuimos que las recopilaciones tienen el aditivo de incluir poemas inéditos, de lo contrario no tendría sentido publicarlas. Este es el caso que hoy nos convoca, el libro “Qedeshím qedeshóth” la última reunión de los poemas de Gonzalo Rojas, y que la editorial Fondo de Cultura Económica ha editado en un formato que tiene el lujo y la calidad material que se merece la obra del autor de “Contra la muerte”, conformando una edición que está a la altura de las circunstancias, pues se utilizaron los mejores materiales y la hechura es impecable. El contenido lo conocemos de sobra, intachable también.
De Gonzalo Rojas sabemos harto, y a la vez muy poco. Sabemos que es de Lebu, que coqueteó con la Mandrágora surrealista, que perdió sus años mozos yéndose de putas, que interpeló directamente a Ezra Pound, Rulfo y Rimbaud. Los mejores poemas están en este conjunto, a saber “Carbón” (tal vez su poema más bello), “¿Qué se ama cuando se ama?”, “Perdí mi juventud en los burdeles”, “Réquiem de la mariposa”, “Qedeshím qedeshóth”, entre otros. Está lo mejor y lo nuevo, doce poemas, que son el principal motivo por el cual se saca este libro al mercado, deduciendo que un poeta de 93 años, por muy sano que esté, necesariamente escribe más lento, o al menos no con la velocidad necesaria como para conformar un nuevo libro. Y para que esos nuevos poemas sueltos no se pierdan mientras el autor aún vive, bien viene revestirlos de todo lo mejor que Gonzalo Rojas ha escrito antes, y publicar una plaquette acompañada de otros 300 poemas.
Que hable Rojas. “Carbón”: “Madre, ya va a llegar: abramos el portón,/ dame esa luz, yo quiero recibirlo/ antes que mis hermanos. Déjame que le lleve un buen vaso de vino/ para que se reponga, y me estreche en un beso,/ y me clave las púas de su barba”. “Perdí mi juventud en los burdeles”: “Perdí mi juventud en los burdeles,/ pero daría mi alma/ por besarte a la luz de los espejos/ de aquel salón, sepulcro de la carne,/ el cigarro y el vino”. “¿Qué se ama cuando se ama?”: “Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra/ de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar/ trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,/ a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso”. “Contra la muerte”: “Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada./ Pero respiro, y como, y hasta duermo/ pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme/ de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento, allá abajo”.
Nada más podemos decir de la poesía de Gonzalo Rojas por ahora. Nada más de la potencia de sus imágenes, de las palabras sensitivas, del amor y la muerte tan bien tratados, la cachondez tan bien tratada. Y lo último que podemos decir de “Qedeshím qedeshóth” es que es la mejor puerta de entrada para conocer la poesía de Gonzalo Rojas, salvo hasta que este nos abandone en esta vida terrenal y se edite y reedite ese libro, desde ya necesario, que serán sus obras completas.


Gonzalo Rojas
“Qedeshím qedeshóth. Antología”
Editorial FCE, Santiago, 2009, 347 páginas.

*Publicado originalmente en El Periodista N° 187, 26 de marzo de 2010