domingo, 16 de noviembre de 2014

El autor ha muerto


No es un misterio que la figura del argentino Patricio Pron es una de las primeras que viene a la mente al hablar de la mejor narrativa latinoamericana contemporánea. Dominador del cuento y también de la novela, en esta ocasión el autor revela ampliamente algo que se dejaba entrever en su obra de ficción: su erudición. Solamente un autor de amplia preparación, con un bagaje nada despreciable de lecturas, es capaz de embarcarse en una empresa tan atractiva como exigente como la de describir en detalle la no literatura, los no libros. Eso es El libro tachado, un almanaque completo sobre los libros que nunca llegaron a ser, las literaturas silenciadas, censuradas, confiscadas, perdidas, pergeñadas por máquinas, por la locura de sus autores, etcétera.
El volumen opera de formas profundas e insospechadas. No solamente es un muestrario, un inventario, una revisión de la casuística contra natura –por decirlo de algún modo- de las prácticas literarias, editoriales o autorales, sino que Pron logra cuestionar la figura del autor. Esto no es un ejercicio nuevo –el autor en su propio libro describe cierto descrédito de esta figura- pero a través de las notas que el autor compone, no solamente revisa un reverso atractivo de la historia de la literatura, sino que pone en perspectiva la centralidad del autor, su imperio. De ahí que el título del libro pueda sonar algo engañoso, pues no se ataca el libro como objeto exclusivamente, sino que más la figura del autor, su desmitificación, el despojo de su impronta romántica. Y por si ello no fuera suficiente, Pron se encuentra en algún momento poniendo frente a frente la verdad y la mentira, cuando habla de falsificaciones.
Pron enumera prácticas como la creación colectiva, el juego literario, el collage, el plagio, la censura política, la apropiación de textos por parte de terceros. En este libro hay erudición –por momentos, las enormes notas a pie de página recuerdan a David Foster Wallace-, pero también hay una cautivante revisión de casos en los cuales el autor decide callar para siempre, casos que pueden ser conocidos como los de Rimbaud o Salinger.
El volumen cierra con un repaso la actualidad de la industria del libro, sus crisis, más específicamente. Este momento crítico se jalona en la menor capacidad adquisitiva que tienen las personas y el consecuente decenso de la compra de libros y, luego, de la lectura; y también la irrupción de la literatura en digital, que ha minado el poderío de editoriales, comentaristas e intelectuales. Todo esto pone de manifiesto una voluntad del autor argentino, la de hacer visible la viabilidad de estudiar y valorar la literatura, pero desprovista de la figura del escritor, al tiempo que subvierte la muerte del autor anunciada por Roland Barthes, e instala en su puesto a la tecnología como el desbarajuste más influyente a la hora de preguntarse por el lugar de los escritores hoy en día.
Patricio Pron entrega un volumen multifacético, estimulante, y versátil, que aborda un cúmulo de ideas y cuestiones, al tiempo que revive historias coloridas y extrañas de libros y escritores, e invita a reflexionar, desde una atalaya fresca, sobre la literatura.        


Patricio Pron
El libro tachado
Turner, Madrid, 2014, 305 págs.

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