viernes, 21 de noviembre de 2014

La voz de un pueblo



Decía Gabriela Mistral de los mapuches: “Ellos fueron despojados, pero son la Vieja Patria”, un sentimiento parecido aloja en su seno el activista y periodista Pedro Cayuqueo, uno de los portavoces más conspicuos de esa Araucanía “que ni vemos ni mentamos”. Dueño de un estilo distintivo de escritura, abundante en brío, puntos seguidos y ciertas muletillas, Cayuqueo ha conquistado un lugar en la intelectualidad chilena, poniendo en la palestra, a través de columnas en prensa, la actualidad, las demandas y deudas pendientes que existen con ese mundo ubicado al sur del Biobío. Esas columnas de prensa son el insumo principal de los libros que ha publicado el autor, y, por cierto, de su última entrega Esa ruca llamada Chile.
            Aún cuando el libro contenga un subtítulo que califica estos textos como crónicas, en estricto rigor no lo son, son columnas publicadas en La Tercera, The Clinic y el periódico Azkintuwe -fundado por el propio Cayuqueo-, que abarcan el espacio temporal entre septiembre de 2012 y julio de 2014, desde las postrimerías del gobierno de Sebastián Piñera, las elecciones de 2013 y el primer año de la nueva administración de Michelle Bachelet.
            La temática del libro tampoco es difícil de adivinar, los avatares tanto históricos como contemporáneos de los mapuches, derroteros estampillados por la violencia y la represión policial, así como la incomprensión e ignorancias chilenas sobre lo mapuche, y el miedo de parte de los wingka hacia quienes forman parte de un pueblo que, según cifras del cuestionado censo 2012, ascendería a más de un millón y medio de personas. Así las cosas, este libro entrega herramientas suficientes como para paliar ese lamentable estado del arte, en específico lo que se refiere a la desinformación y la inopia que reinan en el Chile actual respecto de la cuestión mapuche.
            Cayuqueo echa luces y hace un servicio al mantener no solamente visibles las cuestiones urgentes, sino también al desmentir ese entramado informativo que tiene a la Araucanía como un Afganistán donde el terrorismo, como los canelos, sería parte del paisaje. Además de desnudar las infamias que rodean todo el affaire mapuche,  Cayuqueo repasa episodios no ubicados en el Wallmapu, a saber el contubernio homofóbico entre el periodista Andrés Caniulef y el actor Daniel Alcaíno, o el orgullo de raza del futbolista Jean Beausejour Coliqueo, o el recuerdo que hace el autor de Pascual Pichún y Nicolasa Quintremán, textos que matizan el reporte de la obscenidad de los gobiernos de Sebastián Piñera y Michelle Bachelet, los que, según el autor, han contribuido a la militarización y criminalización de la Araucanía en el caso de Piñera, mientras que al hablar de la actual mandataria, Cayuqueo no trepida en señalar que sus manos están manchadas de sangre por muertes como la de Matías Catrileo.
            El análisis que hace el autor y las soluciones que postula tienen un destino poco feliz. Esto porque los problemas están tan enquistados en la historia y lo necesario para resolverlos exige un cambio cultural y una voluntad política monumental de parte de los involucrados.   De todas formas Esa ruca llamada Chile revela problemas, pero también deja sueños y esperanzas, “Que el diálogo y la necesaria reparación histórica den paso a una comunidad regional integrada, donde lo mapuche no sea un lastre ni lo foráneo una amenaza para la cultura local. Que los colonos salgan de sus guetos. Que los mapuches aprendamos a otorgar al otro aquel respeto que tanto demandamos para los nuestros. Llamados estamos a convivir. Y a construir comunidad juntos”.

Pedro Cayuqueo
Esa ruca llamada Chile y otras crónicas mapuches
Catalonia, Santiago, 2014, 230 págs.

*Reseña publicada: http://bit.ly/CayuqueoLUN

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